Tras unos cuantos viajes a los parques Disney, estamos convencidos de que esta ecuación se cumple en el cien por cien de los casos...
Los españoles, por lo general, tendemos a un sentimiento de vergüenza cuando estamos en público que, muchas veces, nos convierte en auténticas estatuas aburridas... Ese sentimiento debe ser desterrado en los parques Disney: aplaudir, reír, cantar, bailar e incluso llorar, deben ser verbos que tienen que estar todos los días en el ideario de un visitante del reino de la fantasía...
Los españoles, por lo general, tendemos a un sentimiento de vergüenza cuando estamos en público que, muchas veces, nos convierte en auténticas estatuas aburridas... Ese sentimiento debe ser desterrado en los parques Disney: aplaudir, reír, cantar, bailar e incluso llorar, deben ser verbos que tienen que estar todos los días en el ideario de un visitante del reino de la fantasía...
Y no os decimos que finjáis vuestros sentimientos para que vuestros hijos os vean... no. Se trata de que busquéis a ese niño que todos lleváis dentro, que creció viendo el Club Disney y las películas de los años dorados y los clásicos, y que le dejéis salir y que se divierta... Dejadle que, por unos días, tome las riendas... ya tendréis tiempo de volver a ser adultos...
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